Ver el ser humano más allá del rol

por | 21-05-25

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una mujer sostiene una máscara frente a su cara, mostrando solo una pequeña parte

Hace poco en un taller una persona compartía que estaba molesta porque no estaba recibiendo la consideración que necesitaba por parte de su hermano, mientras éste la ayudaba con algo que ella no sabía hacer.

A ella le habría gustado que su hermano le ayudara con alegría y buen humor, sin embargo, le llegaba impaciencia y desgana. Y se decía:

–¡Es mi hermano! No debería hablarme así.

En el taller vimos que además de entender lo que necesitaba ella en la situación concreta y plantearlo a su hermano, también era muy importante recordar que su hermano también es un ser humano con sus sentimientos y necesidades, con sus días buenos, malos y regulares.

Cuando una persona no actúa como quisieras y además tiene un rol o vínculo significativo, a veces nos cuesta más ver la humanidad.

 

Hoy te invito a pararte para ver el ser humano más allá del rol.

A menudo ponemos muchas expectativas en otras personas por el hecho de tener un determinado rol en nuestra vida, familia, grupo…

El tener expectativas, para mí, no es el problema.

Las complicaciones vienen cuando las expectativas se convierten en exigencias.

Sea cual sea el parentesco que tiene esa persona contigo, o el rol que ocupe en la familia, en la organización…. lo que hay detrás es UN SER HUMANO.

Con sus necesidades, con sus limitaciones.

Con su libertad de elegir y decidir qué hace, qué no hace, y cómo se vincula y se relaciona contigo.

 

La libertad es una de las necesidades más grandes del ser humano

Poder elegir es básico para todxs. 

Y cuando percibimos exigencia, a un nivel profundo vemos amenazada esa libertad. 

Eso puede despertar sentimientos de enfado, miedo, etc. y se refleja en nuestra actitud, forma de comunicarnos y comportamiento.

¿Cómo podemos cuidar nuestros vínculos sin caer en la exigencia?

Pues con reconocimiento, con gratitud, valorando lo que aportan a nuestra vida… sin dar nada por sentado.

Eso no quita que podamos expresarnos cuando algo nos molesta y pedir cosas concretas para estar mejor.

 

Hoy te dejo 2 preguntas para la reflexión:

  • ¿Cómo lo vives tú cuando percibes la expectativa / exigencia de que hagas algo de una determinada manera, en un determinado momento, por el hecho de ser la madre, el padre, la pareja, la hija…?
  • ¿En qué situaciones puedes estar comunicando exigencia (aun sin saberlo ni quererlo) para que se cumpla cierta expectativa tuya asociada a un rol?

Presta atención al “tener que”, que es una de las formas que toma la exigencia.

Tengo que hacerlo porque soy su madre…

Tiene que hacerlo porque es mi hermano…

Limpiar tus diálogos de exigencia empieza por saber detectarla para después encontrar otras formas de pedir y comunicar tus necesidades que la otra parte pueda recibir mejor.

Sin ver amenazada su libertad y su autonomía.

Aquí lo dejo por hoy, nos vemos en la próxima píldora.

 

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