
- ¡Qué estúpida soy!
- Soy una egoísta
- Soy la peor madre del mundo
¿Alguna vez te has dicho eso? O algo parecido…
Yo sí.
Los auto-reproches y las etiquetas son un habitual en nuestro diálogo interno, por desgracia. Y este tipo de pensamientos se convierten en un obstáculo cuando queremos expresarnos con asertividad, decir NO y poner los límites que necesitamos.
Esto no te pasa solo a ti: nos viene de la cultura, de las experiencias de infancia, de lo que interiorizamos de los medios de comunicación, etc…
Llevamos siglos traspasando estas creencias y autojuicios de generación en generación.
Cambiar esto no es fácil, precisamente por eso.
Pero es posible.
Es cuestión de poner conciencia y perseverar.
El simple hecho de darte cuenta de que te estás hablando así (con auto-reproches, etiquetas, culpas…) ya es un paso para cambiarlo.
Se trata de entender que eso no es una realidad y que puedes darle expresión a tu vivencia con un lenguaje diferente, por ejemplo:
Alternativas a los autorreproches
- En lugar de “soy un desastre”, podrías decir “Me gustaría haber estado más atenta”.
- En lugar de “soy una egoísta”, podrías decirte “Ojalá hubiera dicho X de una forma más cuidadosa”.
- En lugar de “soy mala madre”, podrías decirte: “he gestionado esta situación de una forma que no me deja tranquila”
¿Qué tienen en común estas alternativas?
Que reconocen y admiten que algo no funcionó.
Y, al mismo tiempo, expresan respeto por tu persona y por tus valores.
Y por eso, dejan una puerta abierta al cambio real.
¿Por qué digo cambio real?
Porque yo no creo que los cambios duraderos se den desde ell miedo, el reproche y el castigo.
Los verdaderos cambios surgen de la conciencia, la autocompasión y la voluntad.
Surgen del empoderamiento que nos permite nombrar nuestras necesidades y decir NO cuando es no.
El NO que se expresa fuera, empieza dentro.
El No que expresas fuera empieza con la claridad sobre lo que necesitas tú, con la claridad sobre qué quieres cuidar cuando dices no.
Y también empieza dentro cuando cultivas un diálogo interno compasivo contigo misma.
Si tienes la cabeza llena de frases como “soy una egoísta, lo hecho fatal, soy mala persona…” Todas esas ideas te van a impedir decir no sin culpas y con claridad.
Recuerda:
Cuando hiciste eso por lo que ahora te culpas o te etiquetas como estúpida, egoísta… tenías una intención positiva, es decir, hubo un intento de cubrir necesidades importantes para ti, ya fuera consciente o inconsciente.
Ejemplo de gestión de la culpa con Comunicación NoViolenta
Gritaste a tu hija en un momento de ofuscación.
- Puedes decirte: “he gritado a mi hija, soy una madre horrible”
- O puedes decirte: “He gritado a mi hija porque necesitaba colaboración y en ese momento no supe hacerlo de otra manera”.
Si dejas de lado la etiqueta de “mala madre” y conectas con la necesidad que querías cuidar, la de colaboración, quitarás fuerza a ese diálogo dañino y le darás legitimidad a tus necesidades. Que tú también las tienes y son importantes.
La culpa, por su parte, viene a recordarte que, al hacer lo que hiciste tal como lo hiciste, hubo algunas necesidades y valores tuyos que no estuvieron presentes y que te hubiera gustado cuidar.
Siguiendo con el mismo ejemplo, cuando gritaste a tu hija buscando colaboración, desatendiste tu necesidad de cuidado y respeto hacia ella, o tal vez de coherencia con tus valores, etc. (depende en cada caso)..
Con conciencia de todo esto, si ahora pudieras empezar de nuevo:
- ¿Cómo harías para lograr esa colaboración por parte de tu hija cuidando también de hacerlo con respeto hacia ella y coherencia con tus valores?
- ¿Qué podrías hacer la próxima vez para evitar llegar a ese estado de ofuscación que te impidió tomar una decisión más consciente y cuidadosa?
Es con este tipo de auto-reflexión que podemos ir ampliando conciencia de nuestras acciones y de sus impactos y evolucionando desde la comprensión y la motivación interna, en lugar de cargar con una culpa crónica que nos mantiene abatidas, cerradas o resentidas.
Si quieres transformar tu diálogo interno para tener más paz interior y una actitud constructiva para tu vida y tus relaciones,
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