En el artículo anterior, te hablaba de las ideas que están detrás de nuestra forma de tomarnos el “no”, animándote a sumarte a un cambio de paradigma en el que decir “no” se entiende como “cuidar de las necesidades propias” y no como rechazo o fracaso. Te conté una situación personal en la que, tras recibir un “no” encaucé, la situación de forma muy satisfactoria.
Aquí te dejo hoy unas claves, en plan sintético, para escuchar un “no”. Si no has leído el artículo anterior, te recomiendo mucho que lo leas para contextualizar estas claves.
Claves para escuchar un «no»
ANTES de hacer nuestra petición, si es posible, podemos:
- Preguntarnos qué queremos obtener con lo que pedimos a la otra persona. Qué nos aporta, hacia dónde nos lleva… conectar así con nuestras necesidades.
- Pensar en otras estrategias o “plan B” para cubrir esas necesidades. Esto nos puede dar la tranquilidad de que, si recibimos un “no”, tenemos más opciones.
DURANTE la situación en sí, podemos:
- Recordarnos que detrás del “no” hay un “sí” a algo muy importante para esa persona. Si no lo percibimos o no estamos segurxs de qué le lleva a decirnos que “no”, podemos preguntarle.
- Si aparecen pensamientos de derrota, rechazo, etc., tomar conciencia de que son solo pensamientos, interpretaciones de la situación.
- Respirar.
- Expresar honestamente cómo recibimos el “no”, hablando de nuestras necesidades y asumiendo responsabilidad por lo que sentimos.
- Plantear otras opciones posibles o pedir a la otra persona que ofrezca alguna alternativa si puede.

Si la recepción del “no” nos remueve mucho y reaccionamos con confusión, miedo, ofuscación…
- Podemos expresar honestamente lo que nos pasa y posponer la conversación a otro momento
Entre tanto podemos darnos escucha y comprensión a nosotrxs mismxs, pedir que alguien nos escuche con empatía, o cualquier otra cosa que necesitemos para enfocar la situación desde la serenidad y la claridad.
Esto último es lo que yo a veces llamo «hacer un prelavado». Así nos cuidamos, cuidamos a la otra persona y cuidamos la relación.
DESPUÉS de la situación:
- Si escuchar ese “no” y el diálogo asociado nos ha removido mucho, podemos darnos un momento de autoempatía para procesarlo a solas y/o pedir apoyo y empatía a un profesional o alguna persona cercana.
- Escribir sobre lo que ha sucedido para favorecer la toma de conciencia sobre necesidades cubiertas / no cubiertas, hechos / interpretaciones, qué creencias suman al estímulo, qué cosas estoy / estaba dando por sentado, de qué otras maneras puedo cubrir mi necesidad.
Espero que estas claves te ayuden a vivir el “no” de una forma más sana y constructiva.
Si tienes dudas o quieres compartir algún caso en comentarios, estaré encantada de leerte.
En el siguiente artículo te hablo de las dificultades que a veces tenemos para decir que “no”, y cómo podemos superarlas con la ayuda de la Comunicación NoViolenta.
¡No te lo pierdas!
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