
Este es el primer artículo de una serie de cinco donde hablo de la escucha empática según la Comunicación NoViolenta:
- La esencia de la empatía
- Lo que no es escucha
- Ejemplo de escucha empática
- Los tres platos del menú de la buena escucha
- Responder con empatía: dos recomendaciones finales
Últimamente oigo hablar mucho de empatía, y me doy cuenta de que a esta palabra se le dan significados bastante diferentes.
Con este artículo inicio una serie de publicaciones en las que compartiré cómo entiendo yo la empatía y cómo se trabaja una de las destrezas fundamentales en Comunicación NoViolenta: la escucha empática.
La escucha empática se puede dar como parte del flujo del diálogo, si estamos en conversación con otra persona, o como un espacio de empatía que abrimos a otra persona (por ejemplo, en mis sesiones individuales es uno de los recursos que empleo que más ayudan a las personas a lograr claridad y alivio).
En este artículo puedes repasar el flujo del diálogo, donde se enmarcan la autoempatía, la empatía y la expresión honesta.
Pero antes de ir al diálogo, volvamos lo que entendemos por empatía. En el DRAE viene definida así:
- f. Sentimiento de identificación con algo o alguien. 2. f. Capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos.
Otras veces, he visto confundir empatía con simpatía e incluso con aprobación o justificación de la conducta de otra persona.
Viendo estas definiciones y formas de interpretar la palabra empatía, no me extraña encontrarme con discursos como estos:
- “No hay que empatizar, mejor tener la cabeza fría”
- “Las mujeres empatizamos demasiado, tendríamos que ser más duras”
- “No se puede empatizar con todo el mundo”
Tal como se practica la empatía en Comunicación NoViolenta, empatizar con una persona no significa en ningún caso: estar de acuerdo con ella, contagiarse de su sentimiento, aprobar lo que hace, comportarse de forma “blanda” y aceptar o justificar acciones dañinas. Dejemos esto claro en primer lugar, porque es fundamental comprenderlo. Léelo otra vez, anda. 😉
Y entonces, ¿qué es la empatía y cómo se practica la escucha empática en CNV?
Hay muchas formas de definir la empatía y voy a darte algunas pinceladas que a mí me ayudan a captar la esencia:
- Una conciencia lo suficientemente amplia como para incluir los posibles sentimientos y necesidades de otras personas en nuestra perspectiva de la situación
- Un “ser testigxs” de la experiencia de otra persona, desde la curiosidad y el no saber, sin hacer nada más que estar ahí
- Una presencia plena donde no caben juicios y escuchamos con todo nuestro ser
¿Te suena muy místico? Un poquito sí lo es… 🙂
Pero si quieres información más aterrizada y que te sirva en tu vida cotidiana, sigue atenta a estas publicaciones, porque la Comunicación NoViolenta también tiene esa parte práctica, didáctica y sencilla, y ahí vamos a llegar, por supuesto.
Aunque hablamos mucho de empatía, en realidad, por lo que me encuentro en mis talleres y sesiones, la escucha empática de calidad va muy buscada y no se da tan a menudo como nos gustaría. Seguramente porque es una destreza muy concreta que requiere entrenamiento y una disposición especial.
Por eso, ahora te invito a preguntarte:
- ¿Cuándo fue la última vez que escuchaste a otra persona así, con todo tu ser, con toda tu atención, acogiendo su experiencia sin juzgarla, dándole presencia y espacio?
- ¿Cuándo fue la última vez que te beneficiaste de un momento de escucha con estas características?
Cuéntame tu experiencia con la empatía, ¡te leo!
Y continúa leyendo el siguiente artículo aquí.
Si quieres trabajar la escucha empática conmigo desde la perspectiva de la CNV, únete al programa Responder sin reaccionar.
Recuerdo una reciente, en la que una persona cercana y joven, me revelaba que había caído en un círculo vicioso de rutina que le llevó a beber cada vez más. Por suerte su familia se dio cuenta, la cuidaron y estuvieron con ella.
Hacer una escucha empática, implica que a veces, según lo que te cuenten, tienes que poner cara de póker, ¿no?…
¡Hola, Gloria! Me imagino que con «poner cara de póker» te refieres a hacer un esfuerzo por mostrar cierta «neutralidad» ante lo que nos dicen. Si lo haces para sustituir un juicio o una cara de desaprobación o lástima, por ejemplo, pues es probable que a la persona le siente mejor, le llegue más respeto y atención por tu parte. Pero más que «poner cara de» lo que sea, lo que más nos puede ayudar a mantener una actitud empática es centrar nuestra atención en qué puede estar sintiendo y necesitando la persona en el momento. De esto hablaré en próximos artículos. Stay tuned!
Exacto, con lo de poner cara de póker me refería a lo de la neutralidad. Creo que esa amiga necesitaba explicar lo que le había pasado, y por lo que fuera, en ese momento se creó un clima de confianza que le llevó a hacerlo. Sintió vergüenza, de hecho lo dijo, que le daba corte explicarlo, cosa que comprendo perfectamente, pero a la vez supongo que se debió sentir liberada.
Gloria.